A veces la construcción original de una casa condiciona toda la decoración, en especial la elección de muebles, y hace difícil encontrar en una tienda el mueble concreto que necesitamos.
Ese era el caso de Silvia, que quería incluir en su cocina un comedor de diario pero no tenía espacio suficiente para la mesa y las sillas. Además, la forma de las ventanas en galería le dificultaba aún más la elección. Pasó varios años desaprovechando este hueco de la cocina hasta que se le ocurrió encargar un mueble a medida.
Mi propuesta fue la realización de un banco bajo la venta que encajara perfectamente con la irregularidad de las paredes.
El resultado final es un banco muy funcional: no sólo sirve para sentar a 5 o 6 adultos a la mesa sino que es también un espacio extra de almacenaje. Además, dado que la mesa quedaba en zona de paso, unas bisagras permiten cerrarla y abrirla en función de la cantidad de gente que haya en la cocina. Está elaborado con madera de pino macizo y barnizada en color natural para darle calidez, claridad y un aire rústico muy apropiado para esta casa de campo situada en la costa asturiana.
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